Escritor, traductor y editor Nicaraguense
Agosto/30/2011.
Vivimos en uno de los países más empobrecidos del hemisferio. Pero todo proyecto de calidad encuentra su forma de materializarse.
Esto no siempre es sencillo, y usualmente no ocurre en los tiempos que uno quisiera (la respuesta que uno quisiera para dentro de un mes, puede llegar al año), por lo que uno corre el riesgo de frustrarse y abandonar la causa. Creo que la clave está en saber armar un buen proyecto, viable, positivo, y saber contarle a quien te financia la importancia del mismo, de forma creíble y concreta.
Vivimos en uno de los países más empobrecidos del hemisferio. Pero todo proyecto de calidad encuentra su forma de materializarse.
Esto no siempre es sencillo, y usualmente no ocurre en los tiempos que uno quisiera (la respuesta que uno quisiera para dentro de un mes, puede llegar al año), por lo que uno corre el riesgo de frustrarse y abandonar la causa. Creo que la clave está en saber armar un buen proyecto, viable, positivo, y saber contarle a quien te financia la importancia del mismo, de forma creíble y concreta.
A veces basta que una persona o institución te financie, a veces son necesarias varias manos amigas, así sea de poco en poco. En vista de la dificultad que puede representar conseguir financiamiento, debemos intentar que los beneficios de un proyecto no se limiten al mismo, sino un efecto multiplicador, auto-sostenedor.
No creo que exista fórmula mágica más que ser organizado y paciente. Saber tocar puertas y estar preparado para que te ignoren, te desprecien, te tengan en el limbo por meses, no te hagan caso, no te contesten las llamadas, te tilden de loco, te den falsas esperanzas y que hasta se rían de vos. Es decir, así como saber tocar puertas, saber también que el hecho que te la cierren no demerita tu proyecto, sino que te exige planes alternativos.
Si sobrevives a todo eso seguramente lograrás el éxito.
Si sobrevives a todo eso seguramente lograrás el éxito.
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