El Enojo, la locura breve

Por: Byron Rostran
"Perder el control en el enojo, es perder la batalla"

Se escuchó un grito estrepitoso en medio de la reunión:

“Sos un pendejo…yo no soy menos que nadie... vos crees que me voy a quedar callado…que te has creído hijoep…”

Abril/11/2011. Estaba en medio de una reunión entre diez amigos. Ese grupo sí que tenía una eternidad de no estar reunidos, realmente era como estar en una verdadera familia. Risas, bromas, fotos, recuerdos de niñez, abrazos, gaseosa, galletas…

Podíamos demostrar lo felices que nos sentíamos el uno con el otro—y recuerdas cuando niño me caí en el rio, yo no sabía cuántas piedras habían, y esa herida si  fue enorme—reíamos recordando lo tonto o intrépidos que fuimos.

No siempre las cosas terminan como iniciaron y más cuando hay dos personas con caracteres tan delicados. Hay personas que son expertas a tomar todo lo que se dice cómo, que si es en contra de ellos; como si todo lo que escuchan es porque se está planeado “destruirlos”. Personas acomplejadas al rechazo que dicen “a mí me tienen que hablar como al pétalo de una rosa”.

Al final nos arrepentimos de habernos reunido. Casi se llega a los golpes. El mayor de todos los amigos increíblemente salió llorando de la desconcertación del momento. Yo no sabía ni que pensar o pensaba: como puede cambiar todo en un momento. Otros me dijeron: nunca pensé que palabras tan ofensivas pudieran salir de la boca de alguien.

Creo que pasará otra eternidad para quizás tener una leve esperanza de volvernos a reunir. Pero sinceramente si eso se diera con personas tan explosivas o impredecibles como esos dos, yo diría que no.