El Astillero

"Se escribe para llenar vacíos, para tomarse desquites contra la realidad, contra las circunstancias."

-Mario Vargas Llosa-



NECROLOGÍA


20 OCTUBRE 2023


Esta vez no se podrá quejar que soy impuntual. Hace frío. Solo espero tener suficiente tiempo para decir lo que me apetece. Ahora que lo pienso, me mintió una vez más. Me dijo que sería de cerezo y no caoba. ¿Es caoba? Sí, eso creo. No quisiera hablar a través de la tronera. Cara a cara es lo mejor. Bueno, llego la hora.

-       Aquí estamos según lo convenido; son las 5:45 de la tarde, es lunes y a pesar de que acordamos no terminar peleados el día y resolver los conflictos, vos dispusiste que, frente a frente, a esta hora y en este día lo habláramos. -

Dejaste pasar dos días sin dar señales de vida. Obvio.

Ahora en este cubículo, en donde estamos solos, con este olor a néctar que inunda el ambiente.

- Son las flores- Ja ja já.

Tratas de contentarme con flores como siempre.

No veo las típicas bicolores que me dabas, que según vos significan felicidad. Las últimas que me diste traían adjunta esa nota ridícula que decía: “no me la dabas como un adiós” ¡Que hipócrita!

- Mirá, quiero hablar yo primero sin interrupción-

Si, si, si, escucha o mira es lo mismo, vos me entendés. Deja de corregirme en todo, te crees perfecto y no lo sos.

Primero que nada, quiero que sepas que me tenés encachimbada. ¿Cómo es posible que no decís nada y te desapareces? Y no me refutes que se me van las ideas.  ¡Ashhhh…me frustra!

-  Hoy te diré todo-

Si te lastiman mis palabras no me importa. Porque si esto es una despedida, lo haré sin guardar nada.

Es tanto lo que quiero decirte, que las palabras se obstruyen en mi cabeza. Por cierto, que camisa más ridícula la que estas usando. La que te regalé y pedí que te pusieras aquella tarde de verano nunca la usaste. Seguro la regalaste a Miguel, el chungo de la esquina, amigo tuyo.

-       He tratado hasta la saciedad de arreglarlo y solo he recibido desprecio y antipatía, aun así, desligué mi poco orgullo y te escribí, te llamé y el silencio fue el reparo que vino de tu parte-

Admito que me encantaba que me consintieras, no tenía la necesidad de pedir algo dos veces. Era algo lindo tuyo. Pero ese no es el tema ahora. Las salidas a comer eran siempre divinas. Conocí un mundo diferente de sapidez gastronómico. Lo admito. Aunque el sushi es asqueroso.

-        Pero lo único que pedí fue tiempo. Tiempo que no llegó. -

Yo me alimento de palabras como las plantas. Y si tus palabras me hieren me seco, sin importar cuanto inviertas en agua o abono. Hablamos dos lenguas distintas.

-       ¡Te odio! -

Odio que me hayas dejado y ahora aparezcas como si nada. Tranquilo, sereno, reticente. Hasta en eso te crees superior. Enmudeces y me ignoras.

-       ¡RESPONDEMEEEEEEE! -

Recuerdo la primera vez que tomé tu mano, tibia y trémula. Acariciabas mi cabello, tanto que se frisó.  Ahora, tus manos heladas y rígidas que ni siquiera me permiten entrelazarlas.

-       ¿Qué te pasa? ¿Ya ni te provoco nada? He subido de peso y ni eso has notado.

Perdón por amarte tanto y que no sea suficiente. Porque cuando las cosas abundan carecen de sentido. Se que me amaste a tu manera y tus detalles nunca fueron suficiente. Talvez a mí solo me llenaban las palabras, aquellas palabras que tanta falta me hicieron de niña.

-       ¡Déjenme!

Que estas lagrimas no es porque duela tu partida, pues hace tiempo que te fuiste. Son de rabias porque ya no estás.

-       ¿Sabes? mi vida seguirá sin ti. 

Eres tan egoísta, que inerte en este féretro de caoba no dices nada y dices todo.

 

 

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