Feb/08/2014.
Estos días pensaba en los individuos que
siempre quieren ser escuchados y viven con falta de atención en su interior,
deseando que los miren. Intentan sacar
los demonios que llevan dentro. Pretenden que el mundo sepa que son importantes, que todo lo saben y en todas las ramas ellos tienen el punto final. Se creen críticos
literarios, modelos del saber y de la vida. Stablishment.
Se creen peligrosos porque fuman, porque
son infantilmente aficionados a los comics, porque viven desempleados e
inadaptados a la sociedad sin hacer nada más que hablar, sólo por hacerse los interesantes.
Sin duda factores de riesgos para la indefensión y la depresión. Lo curioso es
que este tipo de personas odian al mundo y a sus habitantes, pero requieren de
su contemplación. Síntomas de complejos.
Eso estaba bueno o aceptable cuando teníamos 17 años, cuando de algún todo pasamos por
eso. ¿Pero quedarnos ahí? ¿serán los futuros suicidas? o ¿envejecerán en su mundo? La vida no vale la pena perderla por estas tonterias.
Las personas positivas —maduras—, no
pierden su tiempo en las cosas, en las preocupaciones, se concentran en las
personas, en el presente y no en las críticas, ya que ellas son gotas de agua
en un océano, son un lirio de un jardín. Viven siempre en presente.