El Astillero

"Se escribe para llenar vacíos, para tomarse desquites contra la realidad, contra las circunstancias."

-Mario Vargas Llosa-



Viviendo a treguas

      "Gritos en el laberinto" de la pintora Cora Liliana González (Argentina)



BYRON ROSTRAN ARGEÑAL

La vida es tonta ó peor aún, los tontos somos nosotros al no poder adaptarnos a todo aquello que nos rodea (el medio, las circunstancias, el entorno). Si hay que poner culpables: todos lo somos. Aunque creemos o hemos creído que podemos, la verdad es que, no hemos sido capaces de hacerlo.

Esta vida me parece tan dispareja desde donde la mire, y, ¿tiene que ser igual para todos? Cada mañana me doy cuenta de esa verdad y en cada punto por donde transito la realidad en la calles me lo revela. No sé si, lo que miro realmente me molesta, me duele o me hace ser más indiferente al dolor de los demás. Siempre nos estamos comparando con el que tiene más para sentirnos después una basura. Siempre nos estamos quejando de nuestra condición, porque, ¿quién nos defenderá?

Hace unos días atrás murió un gran señor que tuve la dicha de conocerlo en el hospital —el lugar donde se conoce el verdadero carácter de las personas— un arquitecto y docente universitario muy reconocido. Venía luchando contra el cáncer por casi un año, y, este principio del mes de julio no pudo más. Poco a poco se vino desvaneciendo, como cuando la neblina se disipa y todo es claridad. Es que unos mueren y a otros se les da una nueva oportunidad de vivir. Unos luchan y otros ni intenciones tienen de luchar. ¿Qué, aún no lo entiendes?

Estoy harto de escuchar las terribles quejas que existen en nuestra sociedad: la casada desea estar soltera, el soltero sumamente preocupado por casarse, al que desea hijos no puede tenerlos, y la tierrosa o terrosa  de la calle pariendo como loca. El hombre se mide por cuantas veces la ha metido y las mujeres por cuantas veces ha sufrido, que estúpido. Me molesta más aún el ver gente que tiene hijos —que al fin y al cabo nunca los quiso— y ahora ni puede mantenerlos, no previó en su cerebro que algún maldito día tendrían que llevarlos al médico. Igualmente me parece aún mas imposible como hay padres que llevan a sus recién nacidos en esos buses que parecen latas de sardinas pero con carne humana dentro, no pudiendo ni si quiera llevarlos dignamente en un jodido taxi conducido por algún analfabeta conductor.

La vida es así y yo soy un tonto queriéndola entender, cuando en el fondo se que no podré. Nos preocupamos por cosas tan superficiales, mismas que nosotros hemos creado. Solo aquel que ha pasado por situaciones extremas, es la persona que tiene una mejor perspectiva de vivir o de seguir viviendo a treguas con esta o en esta vida.

A veces me siento como un pequeño y diminuto gato encerrado en una oficina, sin saber cómo llegué ahí o como aparecí, si es que llegué o simplemente aparecí, —cabe también la posibilidad que sea mi sueño recurrente flotando en mi subconsciente—. Un gato intentando salir, sabiendo que afuera le espera una mejor vida, un mejor ambiente, su ambiente. Sopesando todas las posibilidades de escaparse de ese lugar. Esa idea me mantiene adrenalizado. Pero cuando estoy —o el gato— a punto de salir y ser libre emancipándome de todo yugo, me detengo frente a la salida y me preguntó el por qué quiero ahora salir, del cómo llegué ahí y del por qué quiero hacer lo que quería hacer.

Como diría algún hipotético rey extraterrestre: somos unos pequeños e ilusos mortales tan necesitados de amor, que a la vez, ese amor, nos cuesta tanto expresarlo. Sufriendo por cosas que nunca cambiaremos, viendo morir de hambre o de alguna de las múltiples enfermedades a muchas personas. Sufriendo por el que no nos quiso o porque hemos querido demasiado. Queriendo más cuando ni sabemos lo que queremos. Teniendo sueños irrealizables pero que aun así nos mantienen vivos.
Aun con toda esta ¿insatisfacción?, solo pienso en que, existe una vida, una sola y verdadera vida, la cual quiero vivir. Me mantengo a la expectativa de lo que me pueda pasar, sea bueno o malo. Ahora que medio entiendo que debo respirar un aliento a la vez, aunque inevitablemente cada día me convierta más en un insatisfecho. Y a la larga solo así es que se puede vivir.

1 comentario:

Anónimo dijo...

"No sé si, lo que miro realmente me molesta, me duele o me hace ser más indiferente al dolor de los demás".

Me he sentido muy identificada con este artículo.

Éxitos mi amigo Contador.

Visitas dede Octubre/19/2009

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